Henry Casalta Contreras, Lic. en psicología, psicoanalista nos habla un poco sobre el tema de las fobias en su vida profesional y como han de tratarse, el define las fobias como un fenómeno psicológico que implica por un lado la aparición de sentimientos de angustia. La angustia se diferencia del miedo porque no existe una amenaza real de algo que temer o que ponga a la persona en peligro real. La angustia será un miedo irracional, a algo que no se conoce o que siendo conocido es exagerado. La fobia, será entonces un miedo irracional hacia algún objeto o situación en particular. Por ejemplo una claustrofobia a montarse en un ascensor o bien terror que cause un ratoncito.
Otra característica de la fobia, es que promueve una conducta inhibida; limita al individuo que preferirá subir doce pisos por la escalera o bien montarse sobre una mesa hasta que el ratoncito desaparezca.
También nos comenta sobre los tratamientos para afrontar esta enfermedad, manifestación o síntoma de otra cosa, puede ser desde la toma de ansiolíticos, hasta terapias de reeducación conductual. Estás últimas tratan a la fobia como un comportamiento susceptible de ser reeducado. Para el psicoanálisis, la fobia, es un mecanismo mediante el cual una gran angustia cambia de objeto, se desplaza a un objeto real, como un ascensor. Pero realmente ese miedo exagerado se relaciona a algo que no es consciente y que generalmente proviene de la niñez. Hablar entonces de los miedos en general pueden hacer desaparecer primero la fobia, es decir, el objeto real que despierta la angustia; luego abra que comprender el origen real de esa angustia.
Una de las fobias más comunes que ha tratado son: Fobias nocturnas, miedo a la oscuridad, fobia a la altura; y aquellas fobias más extrañas que ha tratado fueron: una situación de Fobia al acostarse, es decir fobia a la cama misma; El como psicoanalista piensa que hay tantas clases de fobias como personas las padezcan.
Henry le es interesante el tema de las fobias desde el punto de vista del psicoanálisis; nos cuenta una experiencia clínica que trato presente en este caso. Una persona que atravesaba una situación de separación, comenzó a sentir que no podía ni asomarse al balcón de su apartamento. Sentía que podría caer, al tiempo también temía a los ascensores. Y la misma sensación de caída la experimentaba a la hora de irse a la cama.
Hablando libremente de las situaciones fóbicas y relacionándolas con el hecho de su separación poco a poco dejó de tener tales ansiedades y pudo llevar otra vez una vida sin fobias.
Otra característica de la fobia, es que promueve una conducta inhibida; limita al individuo que preferirá subir doce pisos por la escalera o bien montarse sobre una mesa hasta que el ratoncito desaparezca.
También nos comenta sobre los tratamientos para afrontar esta enfermedad, manifestación o síntoma de otra cosa, puede ser desde la toma de ansiolíticos, hasta terapias de reeducación conductual. Estás últimas tratan a la fobia como un comportamiento susceptible de ser reeducado. Para el psicoanálisis, la fobia, es un mecanismo mediante el cual una gran angustia cambia de objeto, se desplaza a un objeto real, como un ascensor. Pero realmente ese miedo exagerado se relaciona a algo que no es consciente y que generalmente proviene de la niñez. Hablar entonces de los miedos en general pueden hacer desaparecer primero la fobia, es decir, el objeto real que despierta la angustia; luego abra que comprender el origen real de esa angustia.
Una de las fobias más comunes que ha tratado son: Fobias nocturnas, miedo a la oscuridad, fobia a la altura; y aquellas fobias más extrañas que ha tratado fueron: una situación de Fobia al acostarse, es decir fobia a la cama misma; El como psicoanalista piensa que hay tantas clases de fobias como personas las padezcan.
Henry le es interesante el tema de las fobias desde el punto de vista del psicoanálisis; nos cuenta una experiencia clínica que trato presente en este caso. Una persona que atravesaba una situación de separación, comenzó a sentir que no podía ni asomarse al balcón de su apartamento. Sentía que podría caer, al tiempo también temía a los ascensores. Y la misma sensación de caída la experimentaba a la hora de irse a la cama.
Hablando libremente de las situaciones fóbicas y relacionándolas con el hecho de su separación poco a poco dejó de tener tales ansiedades y pudo llevar otra vez una vida sin fobias.
| Henry Casalta |
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